Estadio de Wembley, 20 de Mayo del 92. Johan Cruyff pronunciaría una frase que, sin saberlo, perdurará en los anales de la historia del deporte, formando parte de esas arengas motivadoras que se pronuncian en un vestuario momentos antes de una batalla decisiva, de un choque vital, o de una final en la que muchos se juegan el partido de sus vidas e incluso de sus carreras: “Salid y disfrutad”. Simple y claro lo dijo el flaco, tal y como él era.

Y con esa frase saltaron al césped los Zubizarreta, Bakero, Koeman, Ferrer, Stoichkov, Guardiola, Eusebio, Laudrup… Todos los pupilos formantes de aquel famoso Dream Team dirigido por Johan Cruyff tocaban el verde de Wembley con sus botas con la misión de hacer campeón de Europa por primera vez al FC Barcelona, y con unas palabras grabadas a fuego en sus cabezas: “Salid y disfrutad”. El resto, es historia. Minuto 111, falta cercana al área, Stoichkov la toca para Bakero, éste la para en seco para dejársela a Koeman, que a su vez envía un misil imposible de atajar para Pagliuca. Koeman recorría Wembley apretando sus puños, piña y éxtasis total entre los jugadores, Bakero dirigiéndose a la afición, y, mientras tanto, el flaco saltaba la valla que separaba el banquillo del terreno de juego, casi tropezándose, para dirigirse a sus pupilos y pedirles cautela.

Hoy, casi 28 años después, en la explanada del Camp Nou, luce una estatua de bronce de más de 3 metros de altura. La estatua recrea a aquel jugador flaco, de nariz ganchuda, que vino de Ámsterdam allá por el 73 y cambió nuestra historia para siempre. Fichaje que fue todo un culebrón, de trabas e impedimentos, con unas famosas declaraciones de Johan: “O me voy al Barça o cuelgo las botas.” Parecía que el destino de Cruyff estaba predeterminado a encontrarse con el Barça. En la estatua hay una placa con una frase grabada, frase que el barcelonismo, ni el fútbol, ni el deporte olvidará jamás: “Salid y disfrutad.”

Este pasado 25 de Abril el holandés errante hubiese cumplido 73 años. Así que para homenajearle que mejor que rememorar ese momento que quedará para la eternidad en nuestra memoria. Aquella tarde del 20 Mayo del 92, dentro del vestuario visitante del estadio de Wembley, momentos antes de saltar al césped, todos le miraban a él, al flaco: “Cuando salgáis al campo mirad la grada, que todo eso lo han hecho para vosotros. Así que salid y disfrutad

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